La carne roja no es tan mala

Una serie de revisiones ha llegado a la conclusión de que ni tiene ningún beneficio para la salud reducir el consumo de carne roja o procesada. En dicho trabajo, publicado en la revista “Annals of Internal Medicine”, han participado catorce personas de siete países y se ha basado en una serie de un total de cinco revisiones sistemáticas de alta calidad de la relación entre el consumo de carne y la salud. Un panel de expertos recomienda que la mayoría de las personas pueden continuar consumiendo carne roja y carne procesada en sus niveles promedio de consumo actual. Las estimaciones actuales sugieren que los adultos en Europa y Estados Unidos consumen este tipo de carne alrededor de 3 a 4 veces por semana.

Investigadores de la Universidad de Dalhousie y la Universidad McMaster, en Canadá, junto con los Centros Cochrane Español (Iberoamericano) y Polaco, realizaron, en un principio, cuatro revisiones sistemáticas paralelas, centrándose tanto en ensayos controlados aleatorios como en ensayos observacionales, que abordan el posible impacto de la carne roja y el consumo de carne procesada en los resultados cardiometabólicos y el cáncer.

Una quinta revisión sistemática abordó los valores y preferencias relacionados con la salud de las personas sobre el consumo de carne. Sobre la base de las revisiones, un panel compuesto por catorce miembros de siete países, votaron las recomendaciones para el consumo de carne roja y procesada. Su conclusión de que la mayoría de los adultos debería continuar comiendo sus niveles actuales de ingesta de estas carnes, es contraria a casi todas las demás pautas que existen.

Entre los 12 ensayos aleatorios que reclutaron a, aproximadamente, 54.000 individuos, los investigadores no encontraron una asociación estadísticamente significativa o importante entre el consumo de carne y el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes o cáncer.

Entre los estudios de observación siguieron a millones de participantes, y encontraron una reducción muy pequeña en el riesgo entre aquellos que consumieron tres porciones menos de carne roja o procesada por semana, que los no. Sin embargo, la asociación era muy cierta.

Además de estudiar los efectos sobre la salud, los autores también analizaron las actitudes de las personas y los valores relacionados con la salud que rodean el consumo de carne roja y procesada. Descubrieron que las personas comían carne porque les gustaba o la percibían como saludable y no querían cambiar sus hábitos . Es de destacar que puede haber otras razones además de las preocupaciones de salud para reducir el consumo de carne.

Source: La Razon

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *