Por qué no hay que chupar las cabezas de gambas y crustáceos
Las gambas son uno de los platos fuertes durante la Navidad que no faltan en la mayoría de hogares. Algunos las pelas muy bien y otros, en cambio, aprovechan hasta el último hueco para saborearlas, incluidas las cabezas. Pues bien, esa costumbre puede resultar peligrosa. La Agencia Española de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrición asegura que el cadmio resulta tóxico para el riñón, ya que puede llegar a acumularse en los túbulos proximales, pudiendo causar disfunción renal. Un consumo excesivo de esta sustancia también puede provocar desmineralización de los huesos, ya sea de forma directa o indirectamente como resultado de la disfunción renal. El organismoIr a noticia