Patas arriba: la historia de la chilena

Samuel Aldrey

Qué vista tan fea es un animal con las patas arriba. Solo se le ve el abdomen y su lucha por volver a estar de vuelta a la tierra con sus patas en el suelo. Aunque en el fútbol hay una jugada donde el jugador queda con su abdomen viendo el cielo y sus pies hacia arriba poder observarlo es presenciar la jugada más bonita que existe: la chilena.

Sí, se le llama chilena, pero su invención es vasca. Así lo establece el escritor Eduardo Galeano en su libro “El fútbol a sol y sombra”. El uruguayo le atribuyó la patente de la pirueta a un bilbaíno  emigrado a Chile, Ramón Unzaga. “Inventó la jugada en la cancha del puerto chileno de Talcahuano: con el cuerpo en el aire, de espaldas al suelo, las piernas disparaban la pelota hacia atrás en un repentino vaivén de hojas de tijera”, escribió el uruguayo en  El fútbol a sol y sombra, una carta de amor a ese deporte al que “solo jugaba bien cuando dormía”.

Galeano no menciona una fecha a este histórico momento, pero el conocimiento popular relata que Unzaga inventó el movimiento en 1914 en aquel puerto de Talcahuano. Naturalizado chileno – había emigrado con sus padres en 1906 -, Unzaga, le encantaba retorcerse en el aire para sacar la pelota en defensa y meterla en el arco en ataque.

El movimiento, oculto al mundo, vio la luz en dos Copas Américas (1916 y 1920) y la prensa argentina bautizó aquella locura como la “chilena”.

Aunque este relato parezca hasta ahora verosímil las historias siempre ocurren dos veces y cada quien tiene sus propios relatos. En el Callao, Perú, esta narrativa no es más que un mal cuento y también para el periodista argentino Jorge Barraza.

La investigación del periodista argentino sugiere que el primero en ponerse ‘patas arriba’ fue un chalaco de descendencia africana que realizó la maniobra acrobática en un partido contra marineros británicos y el historiador peruano Jorge Bazadre sugiere que este evento pudo ocurrir en 1892.

Así el chileno pudo, especula Bazadre, copiarse la tijereta en los partidos regulares entre los equipos del Callao y los chilenos del puerto de Valparaíso. Si crees este relato entonces a ‘la chilena’ deberías decirle ‘la chalaca’.

Incluso en la novela “La ciudad y los perros” de 1963 del escritor peruano Mario Vargas Llosa, el escritor indica que solo la gente del Callao pudo haber inventado semejante movimiento porque ellos utilizan “sus pies como sus propias manos”.

Sin embargo, ni Chile ni Perú dejarán de buscar la forma de atribuirse la invención de este espectacular movimiento. Algo que es extraño. Porque una chilena o una chalaca presupone que alguien más no hizo su trabajo correctamente.

El científico alemán Hermann Schwameder, un experto en del movimiento,  dice que lo que necesitas para hacer esa jugada es  “instinto, mucha valentía y un mal centro”. Klaus Fischer que  anotó, quizás, la chilena más famosa en la historia del Mundial de fútbol (empató la semifinal entre Francia y Alemania Occidental 3-3 en el tiempo añadido) también está de acuerdo “puedes decir que cada centro que lleva a una tijereta, no es un buen centro”.

También Wayne Rooney después de aquella espectacular chilena en el derbi de Manchester en febrero del 2011, que fue votada como el mejor gol en la historia del Premier League, no quiso fantasear demasiado con ella “vi llegar la pelota al área y pensé: ¿por qué no?

Ahí, tal vez,  está la mística de este movimiento que pone el cuerpo en la posición menos deseable con la espalda mirando al suelo y con las patas hacia arriba: porque es extraño ver en acción un error (el centro)  y que pueda ser redimido tan rápidamente por el ingenio humano.

Pero lo que sí se sabe es que la disputa por el copyright de la jugada se revive cada cierto tiempo cuando algún futbolista se le ocurre la osadía de volar para llegar al gol.

La FIFA se pronunció sobre el asunto en 2016, pero su diplomática respuesta no zanjó el debate. Recordaba la Federación Internacional que según Galeano el primero había sido Unzaga en 1914, pero a continuación añadía que existía “otro posible origen” en Perú, e incluso una tercera vía brasileña, pero siempre que algún loco se pone con su abdomen mirando al cielo y las patas hacia arriba será llamada instintivamente: la chilena.

Source: Deportes

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