Vivir al borde del orgasmo, una enfermedad

Imagina vivir con excitaciones sexuales no deseadas, que ocurren inesperadamente y repetidamente, sin relación con ningún deseo o placer sexual. Esta es la situación para muchas mujeres con una condición rara e incapacitante llamada Trastorno de Excitación Genital persistente (PGAD por sus siglas en ingles), un nuevo estudio publicado en “PAIN Reports” , la revista oficial de acceso abierto de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (Iasp). desvela nuevos datos de esta enfermedad tan rara que sólo afecta a unas pocas mujeres.

El estudio proporciona nueva información sobre la experiencia de pacientes con PGAD, y sugiere que debe evaluarse y tratarse como una afección neurológica. “Este informe asocia la PGAD con trastornos y lesiones de la médula espinal baja, raíces y nervios que controlan la excitación sexual y el orgasmo”, según el artículo del investigador Saurabh Sharma

La investigación se centra en diez mujeres, que fueron evaluadas por neurólogos de un centro médico universitario para el PGAD: una condición rara caracterizada por “excitación sexual y / u orgasmo fuera de contexto”. La mayoría de las pacientes tenían episodios diarios de excitación sexual, que duraban de minutos a horas. Algunas incluso presentaban episodios más largos, casi continuos que duran días o incluso años.

Las excitaciones pueden ser desencadenadas por una amplia gama de factores, o por nada en absoluto. Casi todas las pacientes intentaron la masturbación, sin connotación placentera, como método para terminar o aliviar los episodios. “El PGAD crónico afecta directamente a las relaciones sexuales”, afirman Sharma y los coautores de la investogación. “Además todas las pacientes informaron que el PGAD les causó ansiedad o depresión, en algunos casos por primera vez y otras se agravaron”.

Los tratamientos

Se descubrió que los tratamientos psiquiátricos para PGAD fueron “universalmente ineficaces”. En la paciente más mayor, le llevo a varias hospitalizaciones psiquiátricas y sesiones de terapia electroconvulsiva. Los medicamentos, las inyecciones y los bloqueos nerviosos también fueron ineficaces y, a veces, empeoraron los síntomas.

En contraste, la evaluación neurológica ayudó a identificar los factores asociados y las posibles causas de PGAD. Todas menos una de las mujeres tenían “síntomas somatosensoriales de localización conjunta”, como dolor pélvico, de glúteos o de piernas. Las pruebas neurológicas proporcionaron información adicional en varias mujeres, con hallazgos que incluyen lesiones de la raíz del nervio espinal, anomalías en la conducción nerviosa y trastornos de los nervios sensoriales.

En varios casos, esta evaluación condujo a tratamientos neurológicos efectivos. Una de las pacientes se curó mediante cirugía para extirpar quistes nerviosos en la parte inferior de la columna vertebral y la pelvis. Otras obtuvieron un alivio duradero al disminuir gradualmente el uso de un medicamento antidepresivo relacionado con la aparición de los síntomas. Y en otra paciente, la inmunoglobulina intravenosa condujo a una mejora en la patología y otros síntomas neurológicos.

Aunque se desconoce la verdadera prevalencia de PGAD, parece ocurrir principalmente en mujeres, solo se han reportado unos pocos casos en hombres. “Las quejas de las mujeres sobre la excitación inapropiada generalmente se atribuyen (por evaluadores predominantemente masculinos) a la psicopatología o se malinterpretan como beneficiosas”, defienden los investigadores.

Soluciones

Dadas las zonas, la causa y los signos y síntomas neurológicos que la acompañan, Sharma y sus equipo dan cierta solución: “Proponemos que al menos algunos casos de PGAD surjan de lesiones que afectan las redes sensoriales pélvicas que transmiten la excitación sexual”. Sugieren que el PGAD debe considerarse como “un trastorno de sensación especial similar al dolor neuropático y la picazón”.

El artículo incluye sugerencias para la evaluación neurológica y el tratamiento de pacientes afectados por esta rara “neuropatía de sentido especial”. Los investigadores concluyen: “Nuestros hallazgos tendrán implicaciones clínicas si se confirman, porque la mayoría de los pacientes con PGAD ahora permanecen médicamente sin diagnosticar y sin tratamiento”.

Source: La Razon

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