Salvadoreños huyen de su país hartos de la pobreza y la violencia de las pandillas

Quizás por su delgadez, Tania Ávalos, salvadoreña de 21 años, llamaba cariñosamente «sequito» a su esposo Óscar Martínez, quien cumpliría 26 años en julio. Valeria, su robusta pequeña de casi dos años, era la «gorda» para esta familia que salieron en busca de una vida mejor en Estados Unidos.
Source: El universo

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