Irak y sus seis vecinos, muchos de ellos enemigos entre sí, celebraron este sábado una cumbre con la que Bagdad intentaba consolidar su vuelta a la escena diplomática regional.
Irán y Arabia Saudita rompieron relaciones diplomáticas en 2016. Teherán apoya al gobierno sirio contra la oposición, respaldada por Riad y Ankara, mientras que Jordania es aliada de Estados Unidos, archienemigo de Irán. Sin embargo, el sábado, responsable de todos esos países, así como de Kuwait e Irak, se sentaron en la misma mesa.
Source: El universo