La Vía Láctea es más grande de lo que pensábamos

El disco de nuestra galaxia es enorme. Más grande de lo que se pensaba. Así lo ha determinado un estudio llevado a cabo por científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (España) en colaboración con expertos del National Astronomical Observatories de China (NAOC). Sus hallazgos se publican en la revista Astronomy & Astrophysics.

La Vía Láctea es más grande de lo que pensábamos

Así, el disco de nuestra galaxia tiene un tamaño superior al que se había calculado hasta ahora: unos 200.000 años luz de diámetro. Esta distancia conlleva que si pudiésemos viajar a la velocidad de la luz, tardaríamos 200.000 años en atravesar el disco de la Vía Láctea.

Las galaxias espirales, como la Vía Láctea, se caracterizan por tener un disco de escaso grosor donde se encuentran la mayoría de las estrellas; tienen un tamaño limitado y, a partir de cierta distancia, ya casi no podemos encontrar estrellas. En la nuestra, por ejemplo, se creía que no había estrellas de disco a distancias del centro mayores que dos veces la distancia del Sol. Sin embargo, el nuevo estudio pone de relieve que no solo existen a esta distancia sino que las hay aún más lejos, a más del triple la distancia del Sol o incluso hasta el cuádruple, pues han comparado la abundancia de metales en las estrellas del plano galáctico con las del halo, descubriendo que hay mezcla de disco y de halo hasta distancias ahora no teorizadas.

Anteriormente los científicos habían estimado que el diámetro de la Via Láctea tenía aproximadamente entre 100.000 y 180.000 años luz.

«Nuestro análisis revela la presencia de estrellas del disco en un radio superior a 26 kpc -kiloparsec- (con un 99,7 % de probabilidad) y más de 31 kpc (con 95,4 % de probabilidad)», señalan los autores en su estudio. Un kiloparsec son unos 3.262 años luz.

Los investigadores realizaron un análisis estadístico de datos cartografiados de APOGEE y LAMOST, dos proyectos que obtienen espectros de estrellas.

Los investigadores han llegado a estas conclusiones tras realizar un análisis estadístico de datos cartografiados obtenidos con dos proyectos –denominados APOGEE y LAMOST– que obtienen espectros de estrellas, esto es, información sobre su velocidad y composición química.

«Usando el contenido en metales de las estrellas de los catálogos, con la combinación de atlas espectrales de alta calidad como APOGEE y LAMOST, y la distancia a la que sitúan los objetos, hemos comprobado que hay una fracción apreciable de estrellas más allá de donde se suponía que acaba el disco de la Vía Láctea», explica Carlos Allende, investigador del IAC y coautor del trabajo.

El objetivo del estudio era confirmar espectroscópicamente la presencia de las estrellas de disco a distancias mucho más grandes de las estipuladas para el disco de la Vía Láctea.

«No hemos hecho uso de modelos, que a veces solo dan las respuestas para las que se han diseñado. Solo estadística sobre un gran número de objetos. Los resultados están, pues, libres de suposiciones apriorísticas, más allá de unas pocas firmemente establecidas», comenta Francisco Garzón, investigador del IAC y coautor también del estudio.

Fuente: NOMBRE / MF

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Source: Informe21

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