Poliamor: “Te presento a mi mujer, a su novio y a mi novia”

Reflexiones sobre los celos, acuerdos alternativos y formas de pensar la pareja fuera de la monogamia.

Poliamor: “Te presento a mi mujer, a su novio y a mi novia”

Si bien el amor libre nació con la misma humanidad y siempre existieron formas alternativas de pensar la pareja, en nuestro país hace muy poco se comenzó a hablar de poliamor y de relaciones abiertas.

La actriz Flor Peña (junto con su pareja Ramiro Ponce de León) fue la que destapó el tema para los medios, y como siempre que se comienza a difundir algo, estas nuevas maneras generan curiosidad, incertidumbre y también confusión.

El poliamor no es lo mismo que la pareja abierta, en esta última los miembros de la relación, de común acuerdo, deciden poder abrirse a tener encuentros sexuales con otras personas: se puede tener solo un “amor” y varias relaciones sexuales o amigos con derechos.

Pero el poliamor va más allá, no se trata de tener solo ínitimidad con otros sino de permitirse vivir la vida sin ataduras y enamorarse de otras personas sin que eso influya en la pareja principal. Incluso, también se puede des-jerarquizar las relaciones y que no exista «pareja troncal», sino vínculos de amor espontáneos.

Quienes son poliamorosos pueden vincularse emocionalmente y sexualmente con una o más personas, puede que las otras parejas duren muchos años o no, puede que todos se conozcan y también puede darse el caso de una convivencia múltiple. «Mi marido se fue de vacaciones con su novia», cuenta M. J. una integrante de uno de los foros de Poliamor en Argentina. «En un viaje con mi pareja conocimos a un chico, pasaron cosas y hoy está en casa desde hace una semana», cuenta M.

Ellos dejan de pensar en que su marido o mujer es de su pertenencia y liberan la exclusividad sexual y afectiva que tiene una pareja convencional, ya que consideran que eso no garantiza la felicidad y la perduración de una relación. «Te podés enamorar de otra persona estando en pareja o soltero, ¿y qué hacés?», es el argumento que se escucha.

Muchas parejas se plantean ir hacia este nuevo formato cuando, luego de muchos años, baja el erotismo y comienzan a sentir deseo por otros u otras. En este caso, el engaño puede ser considerado como una falta de ética y de responsabilidad. ¿Cuantas veces aparece una fascinación fugaz por un tercero que luego no prospera y se desarma una pareja por esta razón? El poliamor permite vivir ambas cosas simultáneamente.

Según el sexólogo Ricardo Perez Rivera, tanto para tener una pareja poliamorosa como una relación abierta es muy importante establecer acuerdos. De lo contrario, es probable que se desate una crisis fuerte que puede terminar en ruptura.

“Hablando de manera muy general, nosotros clasificamos los acuerdos a los que las parejas abiertas llegan para gestionar las zonas de confort emocionales en dos categorías: unos para evitar los sentimientos que dan miedo, y otros para arriesgarse a sentir algo que puede ser incomodo o dar miedo, pero que no resulta aterrador”.

Rivera, en el libro que comparte con Federico Rinaldi, Enriquecimiento sexual para parejas (Editorial Arkadia) propone, para quienes se están iniciando, hacer una lista de todos los acuerdos que podrían aceptar, y dividirlos en los que se evitan y los que se arriesgan. El objetivo principal es al principio arriesgar lo mínimo posible usando los límites más ajustados.

Para la licenciada Francesca Gnecchi, comunicadora diplomada en sexualidad humana y directora de Erotique Pink, “la comunicación es fundamental en toda pareja y es realmente preocupante ver como muchas se distancian por no comunicarse de forma efectiva. Pasa en las cuestiones cotidianas y se exacerba en lo vinculado a la sexualidad, porque siguen habiendo muchos tabúes con respecto al tema.

Tanto para tener una relación abierta como para una monógama hay que establecer acuerdos y para esto hay que hablar con el otro, escuchar, ser flexibles y estar abiertos a no juzgar por las elecciones o por las propuestas que plantee la otra persona. De esta forma vamos a poder entender mejor al otro y en muchos casos llegar a acuerdos en los que ambos se sientan cómodos”.

Para las parejas tradicionales, en la mayoría de los casos son los celos los que las detienen. Las parejas que abren su relación también tienen un «kit» de herramientas de «deconstrucción emocional» que les permiten gestionar cuando aparecen estos desagradables sentimientos.

«Los celos no son una emoción. Pueden aparecer como dolor o furia, odio o auto desprecio; los celos son una palabra comodín que cubre una amplia variedad de emociones que podemos sentir cuando nuestras parejas conectan emocionalmente o sexualmente con alguien más», comenta Perez Rivera.

«Los celos pueden ser una expresión de inseguridad, miedo al rechazo, miedo al abandono, de sentir que nos dejan de lado, que no somos una persona lo suficientemente buena o que somos ineptos. Los celos pueden estar basados en territorialidad, competitividad o en alguna otra emoción que está gritando para ser oída bajo el ruido de los celos en la cabeza», agrega el especialista.

También en los acuerdos se pueden prevenir o reducir al máximo la posiblidades de entrar en una enorme crisis interior: “no me preguntes; no me cuentes” (llamado, en jerga poliamorosa «ojos que no ven, corazón que no siente»); ”no causes problemas”; “no dejes que me entere”; “no quiero conocer a tu amante”; “solo los jueves por la noche cuando salgo con mi amante, así nunca me quedaré solo en casa”.

En los grupos poliamor, hay una lista de libros y materiales para afrontar los celos, uno de ellos es Ética promiscua (“Ethical Slut” en versión original) de las estadounidenses Dossie Easton y Janet Hardy.

i bien muchas parejas que «abren» la relación al principio encuentran más fácil no escuchar los detalles concretos sobre las relaciones sexuales de su compañero con otras personas, a veces los acuerdos van variando hasta hacerse más y más flexibles.

Esto puede suceder al punto de tener otras relaciones con categoría de noviazgo -paralelamente a la principal- y poder compartir entre todos. Claro que esto es un nivel muy elevado en la escala del poliamor, al que no muchos acceden.

En el siguiente cortometraje, bajo la co-producción de Pablo Noriega y Tangram Cine, se observa el momento en el cual una pareja se enfrenta con el «tercero en cuestión».

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Fuente: Clarín

SP

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Source: Informe21

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