La desaceleración de China ya afectó a sus fábricas. Ahora sus oficinas también están padeciéndola

La feria del empleo en la próspera ciudad china de Shenzhen ofrecía un futuro de cuello blanco para un país que alcanzó la grandeza económica gracias al vigor de sus líneas de ensamblado, sus excavadoras y sus grúas. Las empresas de los sectores tecnológico, financiero e inmobiliario promovían puestos de trabajo en ventas, ingeniería, contabilidad y logística. Un afiche decía que un salario de 150.000 dólares al año “no es solo un sueño”.
Source: El universo

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