Inteligencia artificial para hacer frente a la enfermedad renal crónica

Alrededor de siete millones de españoles tienen enfermedad renal crónica (ERC), un problema en claro crecimiento en los últimos años. De ellas, más de 60.000 están en tratamiento renal sustitutivo (TRS), es decir, necesitan hemodiálisis, diálisis peritoneal o incluso un trasplante para poder realizar la función que hacen sus riñones. Se trata, además, de una enfermedad cuya mortalidad ha crecido casi un 30% en la última década en nuestro país (2006-2016) y, de seguir al ritmo actual, se convertirá en la segunda causa de muerte en pocos años, según el estudio “Global Burden of Disease”.

Y éstas no son las únicas cifras que hacen sonar la señal de alarma: también ha crecido la prevalencia casi un 30% en los últimos diez años hasta situarse en 1.284 pacientes por millón de población (pmp), en 2017 (frente a los 994 pmp de 2008) según el último registro actualizado de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

Gran parte del problema podría achacarse a un elevado infradiagnóstico, del 40%, y es que en muchos casos se detecta en sus fases más avanzadas -el 25% de los afectados no conoce su situación en las fases iniciales, lo que complica más su tratamiento en los estadios más avanzados-. Un problema que podría verse solucionado gracias a al inteligencia artificial.

Factores de riesgo y algoritmos matemáticos

Así lo sugiere un estudio, que ha logrado establecer modelos predictivos de mortalidad en los pacientes renales mediante el análisis de los factores de riesgo de la enfermedad. Estos resultados pueden suponer un cambio en el abordaje de los algoritmos para el establecimiento de estos factores en el paciente renal ya que, como explica el doctor José Ibeas, coordinador del trabajo desarrollado por investigadores del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell y del gupo WIN de la Universidad Autónoma de Barcelona, tiene un valor predictivo superior al 95%. Esto quiere decir que “tanto la capacidad para predecir el pronóstico como su fiabilidad son suficientemente altas como para pensar que el error en su predicción va a ser muy escaso. De este modo, podría ayudar al nefrólogo a tener mayor seguridad en la toma de decisiones”.

Eso es posible gracias a que, con la incorporación de la inteligencia artificial mediante el «machine learning» o aprendizaje automático que utiliza redes neuronales, se pueden analizar innumerables factores y todas las conexiones entre ellos. Estos métodos computacionales utilizan algoritmos matemáticos que permiten establecer esta predicción con mayor exactitud. El sistema, basado en redes neuronales “imita a las neuronas porque intenta establecer todo tipo conexiones entre todos los factores involucrados en la evolución de la enfermedad. De este modo, se pueden establecer relaciones no sólo no sospechadas previamente, sino relaciones en cadena entre múltiples factores imposibles de analizar con los métodos que se usan en la investigación habitual”, asegura Ibeas.

Entre las ventajas que ello conlleva destaca “que al estar las historias clínicas progresivamente informatizadas, al poder incluir su información automáticamente en estos algoritmos para que generen una información que pueda utilizar el nefrólogo en beneficio del paciente. El poder reconocer al que presenta mayor riesgo permitirá adecuar los esfuerzos en su tratamiento”, continúa el experto.

Causas evitables

Como señala la presidenta de la SEN, María Dolores del Pino, «el aumento de su incidencia está relacionado con causas y factores de riesgo que son prevenibles o evitables, sobre los que se pueden actuar, como la diabetes -responsable de más del 24% de los nuevos casos de ERC- las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la hipertensión arterial o el tabaquismo. Por eso, continúa, aunque “Nuestro sistema sanitario ya es excelente en el tratamiento de esta patología en sus fases avanzadas, donde el tratamiento renal sustitutivo representa el 3% del gasto anual, pero debemos seguir avanzando en prevención y diagnóstico precoz, enfatizando en aspectos como la promoción de la salud renal y hábitos de vida saludable que nos permiten mejorar el cuidado de nuestros riñones y nuestra salud en general”.

Source: La Razon

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *