EFE.
El jardinero dominicano de los Rays de Tampa Bay, Carlos Gómez, se convirtió en el gran centro de atención dentro del mundo del béisbol profesional de las mayores al denunciar el sistema de control de dopaje que existe dentro de la competición y que está orientado a perjudicar a los peloteros latinoamericanos.
Gómez, un veterano de 32 años, nativo de la Provincia de Santiago, aseguró que las pruebas de detección de sustancias prohibidas en las Grandes Ligas «no son aleatorias» y agregó que «se practican con más frecuencia a los jugadores de mayor edad y a los hispanos».
El pelotero dominicano hizo sus comentarios en español después de que le practicaron una prueba el martes, sólo tres días después de que fuera activado de la lista de lesionados.
Gómez declaró al periódico local «Tampa Bay Times» que ésta fue la sexta o séptima vez que le hacen el examen en las primeras nueve semanas de la temporada regular.
«A mí no me pueden decir que estas pruebas son aleatorias», declaró Gómez, quien agregó que las Mayores practican ese tipo de exámenes preferentemente «a los jugadores de más edad y a los hispanos».
Gómez manifestó que sólo había que ver las estadísticas y los peloteros a los que siempre sancionan para darse cuenta que las pruebas no tienen nada de hacerse al «azar».
Además fue categórico al expresar que «esto no es aleatorio. Ellos eligen nombres. Que le digan la verdad al mundo del béisbol», denunció Gómez.
«¿Ellos me van a decir que las pruebas son aleatorias? Ya no estamos en el año 1930. La gente sabe lo que pasa», indicó el dominicano con firmeza.
Mientras que en la página de Twitter de un reportero de ESPN, se publicó un vídeo, en el que se ve y se escucha a Gómez declarando que «hasta que me demuestren que es aleatorio, lo creeré. Porque para mí no es aleatorio. Van y eligen a la persona que quieren. Que me demuestren lo contrario».
«Soy el que más suerte tengo en el equipo porque me ponen a prueba más que a los demás. Llegué ahora, tres días después de haber salido de la lista de lesionados, y ya me están probando nuevamente», reprochó, a la vez que argumentó como una clara demostración de que saben a quienes tiene como objetivo.
Mientras que las Grandes Ligas casi inmediatamente hizo saber su opinión al respecto, diciendo que «Nuestro Programa Conjunto de Drogas, que se negocia con la Asociación de Jugadores, se administra de forma independiente y cuenta con procedimientos de prueba aleatorios sin importar el lugar de nacimiento, edad o cualquier otro factor del jugador».
Agrega que «Cada aspecto del proceso de selección de prueba se hace aleatoria y no a través de identificación, y cada jugador es incluido cada vez que se lleva a cabo la selección aleatoria».
Las Mayores indican que «esto hace que algunos jugadores sean probados más a menudo que otros pero, en conjunto, los jugadores de la MLB se prueban con más frecuencia que cualquier atleta en deportes profesionales».
Robinson Canó, el intermedista de los Marineros de Seattle, fue suspendido en 80 juegos por violar la política de drogas de MLB por dar positivo a un diurético llamado furosemida.
El medicamento no está incluido como sustancias prohibida, pero si las Grandes Ligas establece que se utilizó para encubrir el consumo de esteroides, entonces si es sancionado y eso fue lo que sucedió con el pelotero estelar dominicano.
Canó es uno de los tres jugadores de Grandes Ligas suspendido esta temporada por violar la política de drogas, además del receptor de los Medias Blancas de Chicago, sus compatriotas el receptor Welington Castillo, y el campocorto de los Mellizos de Minnesota, Jorge Polanco.
Gómez nunca ha dado positivo por consumo de substancias prohibidas en su carrera de 12 temporadas.
«Yo no tengo miedo de que me prueben. Que me hagan todas las pruebas que quieran. Que me las sigan haciendo», declaró con firmeza y agregó que «pero digo claramente, estas pruebas no son aleatorias. Y no voy a guardar silencio, porque me he ganado mi puesto aquí».
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