Un síntoma de la tensión financiera en la Sanidad

La estadística sobre morosidad de las administraciones públicas en el pago de la tecnología sanitaria constituye una de las mejores herramientas para medir el músculo financiero del Sistema Nacional de Salud (SNS) y cómo será en el futuro. Antes de que estallara la gran crisis económica, los datos eran demoledores. Algunas autonomías empezaban a sufrir problemas de recaudación por la incipiente caída de la actividad y comenzaron a retrasar los pagos, en medio de la miopía de las autoridades que ocupaban entonces los ministerios de Sanidad y de Economía. Algunas llegaron a pagar con un retraso de más de 500 días y el «factoring» fue moneda de uso frecuente por parte de las empresas porque no podían soportar tanto tiempo sin ver retribuidos sus aparatos y equipos. Puede decirse que muchas empresas actuaron, al igual que las farmacias, como financiadoras de un SNS incapaz de resistir las tensiones financieras. La instauración del FLA por parte de Cristóbal Montoro, la imposición de una obligatoriedad de cumplir plazos más cortos en los pagos y la recuperación del país permitieron que la morosidad cayera en picado. Tras este periodo de tranquilidad, la morosidad se está volviendo a disparar. No ha llegado a las cotas de antaño, pero ya hay comunidades que pagan por encima de los 150 días y la cantidad total adeudada roza los 1.000 millones. Ya hay síntomas de flaqueza financiera en la Sanidad y éste es uno de ellos.

Source: La Razon

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