Real Madrid acaba al Maccabi en su casa

Hubo un tiempo no muy lejano en el que el Maccabi era la envidia de la Europa de la canasta. Ganaba y jugaba de maravilla, cada partido era un gran espectáculo. Un campeón deslumbrante que levantó dos Euroligas seguidas en 2004 y 2005 con Jasikevicius, Anthony Parker y Vujcic a los mandos. De esa fiebre amarilla solo quedan los trofeos en las vitrinas y las ganas de vencer de su hinchada, siempre ahí, detrás de los suyos, aunque a veces provoquen aflicción. Aquel Maccabi majestuoso es hoy este Real Madrid. Y quizá este Maccabi sea a ratos aquel Madrid. Los blancos salieron reconocidos del barrio de Yad Eliyahu, como en los setenta lo hicieron los Corbalán, Brabender y compañía, cuando nacía una rivalidad ya histórica. El duelo más repetido entre la vieja Copa de Europa y la nueva Euroliga: 57 batallas y 34-23 para el Real.

El Madrid estaba bien plantado: sólido, seguro… y pronto abrió la caja de los truenos que destruyó a su eterno adversario. La entrada de Ayón asentó la defensa y dinamizó el ataque, qué visión de juego desde el poste (en 12 minutos, hasta el descanso, agrupó 7 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias y 21 de valoración; al final, 12 tantos y 12 capturas para 27 de valoración).

El Titán provocó el oleaje que anegó la estructura local mientras Carroll surfeaba en la cresta de la ola: 14 puntos consecutivos (cuatro triples y una canasta asistida por el mexicano) en menos de cinco minutos. Una nueva exhibición de Boom Boom, el mejor triplista universitario de este siglo. Y parcial grosero para el orgullo del Maccabi: 0-16. Si retrocedemos algo más: 2-21 y 6-29 para pasar de ese 12-15 al 21-41. Buena labor de Campazzo, Rudy, Reyes…

Triples, parciales y una diferencia histórica

En la reanudación el show debía continuar. Jarrearon triples (diez entre el segundo y el tercer cuarto) con Llull como punta de lanza (4 de 4 entonces y 14 tantos). Randolph también andaba de fiesta (3 de 4) y Tavares ahora sí era infranqueable. Sujetó bien a O’Bryant y amargó a Tyus. Descendió del cielo otro parcial mazazo: 0-13.

La máxima tocó los 30 tantos (48-78) y la diferencia definitiva quedó en solo 21 (66-87) tras un triple de Caloiaro para aliviar la vergüenza, aunque no lo suficiente. Porque fue la victoria más abultada de siempre del Madrid en la cancha del Maccabi. La anterior, 95-114 en la temporada 1974-75. Ya ha llovido, casi tanto como lo que le cayó este jueves encima a los de Spahija. AS

Source: Deportes

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