«Un tercio de los pacientes oncológicos tendrá complicaciones cardiovasculares»

¿A qué responde la creación de una Unidad de Cardio-Oncología?

La mortalidad de los pacientes con cáncer se ha reducido de manera significativa gracias a los avances en el diagnóstico precoz y los nuevos tratamientos antitumorales. Sin embargo, muchas de estas terapias, interfieren de forma directa o indirecta con el sistema cardiovascular. Una preocupación excesiva por la aparición de estas toxicidades puede impedir opciones altamente eficaces, mientras que la subestimación compromete el pronóstico vital a medio y largo plazo. Por tanto, es imprescindible una visión multidisciplinar del enfermo con cáncer para establecer pautas adecuadas de prevención y monitorización de los tratamientos antitumorales con el objetivo de ofrecer lo mejor contra el cáncer, minimizando los riesgos cardiovasculares.

¿Hasta qué punto los problemas cardiovasculares están presentes en los tratamientos contra el cáncer?

De forma global hasta un tercio de los pacientes oncológicos desarrollará complicaciones cardiovasculares derivadas de los tratamientos del cáncer en el seguimiento. Los porcentajes son variables en función de los esquemas terapéuticos y del riesgo cardiovascular basal. Los problemas cardiovasculares empeoran tanto el pronóstico cardiaco como el oncológico, ya que cerca de un 20% de éstos tiene que suspender el tratamiento antitumoral por este motivo. El principal objetivo de la cardio-oncología son las interrupciones.

¿Cuáles son los tumores con mayores incidencias?

En España, disponemos de los datos recientemente publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): el número total de nuevos casos de cáncer en 2015 fue de 247.771. Por su frecuencia la cardiotoxicidad es más prevalente en pacientes con cáncer de mama, pulmón, colon y en tumores hematológicos.

¿Qué terapia influye en la aparición de efectos tóxicos cardiovasculares?

Aunque tradicionalmente se ha identificado cardiotoxicidad con la insuficiencia cardiaca secundaria a las antraciclinas, el desarrollo de nuevos fármacos ha aumentado la prevalencia de otras complicaciones cardiovasculares como problemas coronarios precoces, arritmias, hipertensión arterial y embolismos venosos y arteriales.

¿Con qué pacientes hay que tener especial atención?

Cáncer y corazón comparten muchos factores de riesgo. Dos terceras partes de los pacientes con cáncer tienen más de 65 años y, por tanto, están en una edad de mayor riesgo cardiovascular. Son los pacientes con factores de riesgo cardiovascular o cardiopatías previas los que tienen mayor riesgo de desarrollo de complicaciones.

¿Cómo trabajan los profesionales de esta unidad en la prevención y control de las patologías cardiacas?

El objetivo principal de los grupos de cardio-oncología es vigilar y optimizar de forma estrecha los factores de riesgo y diagnosticar y tratar de forma precoz los posibles efectos secundarios cardiacos del tratamiento del cáncer. Por tanto, todos los pacientes que reciban tratamientos potencialmente cardiotóxicos deben seguir un protocolo adecuado de monitorización y, siempre que se detecten anomalías en la función cardiaca o síntomas sugestivos de cardiopatía, hay que instaurar un tratamiento cardioprotector.

¿Cómo es el trabajo del personal de enfermería en la misma?

La enfermería del hospital de día está en contacto muy estrecho con los pacientes. Un aspecto fundamental en la prevención de la cardiotoxicidad es optimizar durante el tratamiento oncológico un estilo de vida cardiosaludable en lo referente a dieta, ejercicio y control de los factores de riesgo clásicos (tabaco, hipertensión, diabetes, dislipemia). La enfermería se encarga de apoyar diariamente a los enfermos en estos aspectos y solucionar dudas en el tratamiento para favorecer la adherencia terapeútica. De hecho, la prevención cardiovascular es un objetivo prioritario del Grupo de Cardio-Oncología de la Sociedad Española de Cardiológica (SEC) con el proyecto Mimocardio-Cáncer. Mimocardio es un proyecto de la Fundación Española del Corazón (FEC) que se ha ampliado gracias a un convenio firmado entre SEC-FEC y las sociedades españolas de Oncología Médica, Oncología Radioterápica y Hematología. Está destinado a informar y formar a los pacientes en salud cardiovascular (www.mimocardio.es).

¿Qué particularidades ha de tener esta unidad y por qué debería existir en otros centros?

La unidad está formada por un grupo multidisciplinar de expertos implicados en el manejo y seguimiento de los pacientes afectados de cáncer. Incluye expertos en: Cardiología, Oncología Médica, Oncología Radioterapia, Hematología y Enfermería. El desarrollo de protocolos locales de monitorización adaptados al perfil de los pacientes y al esquema terapéutico mejora la adherencia al tratamiento oncológico y reduce las complicaciones cardiovasculares. Sabemos que con un diagnóstico y un tratamiento precoz mejoramos el pronóstico vital de los pacientes. Sin embargo, si el diagnóstico de cardiopatía es tardío, las posibilidades de recuperación se reducen.

¿Qué protocolos deben ponerse en práctica ante la presencia de factores de riesgo cardiovasculares (FRCV)?

Todos los pacientes que reciban tratamientos potencialmente cardiotóxicos deben seguir un protocolo adecuado de monitorización y siempre que se detecten anomalías en la función cardiaca o síntomas sugestivos de cardiopatía hay que instaurar un tratamiento cardioprotector. En los pacientes con FRCV resulta imprescindible optimizar el control de los mismos antes y durante todo el proceso del cáncer y apoyarse en las técnicas de imagen cardiaca (ecocardiografía avanzada) y biomarcadores para conseguir un diagnóstico precoz de posibles problemas.

¿Cuándo se suspende una terapia por el riesgo alto de cardiotoxicidad?

La decisión de suspender un tratamiento potencialmente curativo es muy delicada y siempre debe ser consensuada por todos los especialistas involucrados. El hecho de que el riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares sea elevado debe activar una alerta de monitorización más estrecha pero no implica necesariamente suspender un tratamiento. El contar con una unidad de cardio-oncología facilita este proceso porque todos los profesionales están alineados con un mismo objetivo: el mejor tratamiento con el menor número de complicaciones.

Source: La Razon

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