La mejor técnica para conseguir un gran orgasmo clitoridiano

Basta poner en Google la frase hecha “ese gran desconocido” para que la primera página del buscador acabe plagada de resultados que dirigen a una misma meta: el clítoris. Para muchos hombres es incomprensible por qué un área en apariencia minúscula debería esconder tantos misterios sobre el placer femenino. El primer síntoma de ignorancia se halla, precisamente, en creer que el clítoris es solo esa reducida fachada. El órgano es un auténtico iceberg y lo que desde fuera se consigue vislumbrar es la pequeña punta, en concreto lo que se conoce como el glande del clítoris.

Paradójicamente, el tamaño de esta limitada zona es, además, lo que le dota de su particular poder. Las terminaciones nerviosas se encuentran muy concentradas en la cabeza, la menor caricia se nota y la estimulación, por tanto, resulta más efectiva a través de variaciones muy sutiles, en comparación con otras soluciones como aumentar la presión.

El truco consiste en emplear las múltiples capas que conforman esta misteriosa parte de la fisionomía femenina
Una vez aprendida esta importante lección, toca pasar al trabajo de campo. Asumimos que ya sabes situar dónde se encuentra el clítoris, eso queda de tu mano. Nosotros te explicamos ahora cómo transitar el camino que lleva desde este diminuto pulsador hasta un orgasmo inconmensurable. Considerando, como decimos, que la presión no es la estrategia más eficiente, una técnica demasiado ruda puede acabar provocando más dolor que deleite y tentar el clítoris de manera directa puede no ser la mejor opción.

Placer indirecto

Por fortuna, el órgano se encuentra rodeado de diferentes capas que permiten que el contacto sea más sutil. La primera de esas cubiertas que debes tener en consideración es el capuchón del clítoris. Al igual que el prepucio en los miembros varoniles no circuncidados, su función es la de proteger el órgano y mantenerlo húmedo. Actuar sobre él genera el mismo efecto que el roce de la piel sobre el glande durante la masturbación masculina. Frotar el capuchón alrededor del clítoris activa las 8.000 terminaciones nerviosas que lo conforman, evitando las sensaciones punzantes que pueden aparecer si se roza sin mediación.

Algunas mujeres prefieren que se palpe el capuchón en círculos, otras de arriba a bajo, otras de lado a lado… Algunas sienten además más placer si se activa una parte concreta del clítoris. En definitiva, experimenta, intercambia impresiones con tu pareja y comprobad juntos qué es lo que verdaderamente funciona.

El emparedado

Te hemos enseñado la primera técnica eficaz para lograr con maestría un clímax clitoridiano. Utilizando la misma filosofía, uno de los mejores métodos para aprovechar la fisonomía de múltiples capas de esta parte del cuerpo femenino es el llamado, irónicamente, ‘clit sandwich’ o emparedado.

El clítoris posee 8.000 terminaciones nerviosas, por ello, un ligero roce puede ser más eficiente que una intensa presión

¿Cómo se realiza? Basta que el hombre apriete los labios exteriores de la vagina manteniéndolos juntos y alrededor de su clítoris, como si de un bocadillo se tratara. Para efectuarlo, puedes utilizar las dos manos, una a cada lado, o el dedo anular y corazón en forma de V como aparece en la imagen. La sensación resultante será la de una presión indirecta suave que se trasmite tanto a través de la fina piel del capuchón como de la gruesa capa de los labios.

Respecato al movimiento, ellas son las que deciden de nuevo. Algunas prefieren que sea de arriba hacia abajo, otras de dentro hacia afuera. Con esta segunda técnica se consigue estimular otra parte del clítoris que forma parte del escondido iceberg: los conocidos como cuerpos pareados o crura. Un consejo extra: Si el clítoris de tu pareja es especialmente sensible se puede añadir una capa más si la técnica se aplica dejando aún la ropa interior puesta. Algunas mujeres aseguran que la tela genera un tercer rozamiento que genera una sensación particularmente agradable.

Fuente: elconfidencial / MF

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Source: Informe21

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