Cómo congelar tomates frescos de forma rápida y fácil

Los tomates frescos son un alimento básico en verano en todos los Estados Unidos. Al ser un alimento perecedero, tienen el mejor sabor cuando se cultivan y se consumen localmente.

Cómo congelar tomates frescos de forma rápida y fácil

Los tomates embarcados a mercados de Estados Unidos en invierno suelen ser blandos, por lo que los cocineros conservan los tomates frescos para usarlos más tarde. Algunos cocineros enlatan salsas de tomate y otras salsas, pero el método más fácil de conservación conlleva el congelado de los tomates cuando están frescos. Los tomates frescos congelados se mantienen entre 6 y 8 meses, si los conservas con cuidado para evitar que se quemen con el frío. Intenta esto la próxima vez que tengas un exceso de tomates a mano.

Instrucciones

1.- Llena un bol grande hasta la mitad con una mezcla de agua y hielo. Deja aparte el agua helada.

2.- Llena una cacerola grande hasta la mitad con agua. Colócala en el fuego, a fuego alto. Deja que el agua se caliente mientras tu preparas los tomates.

3.- Lava los tomates sujetándolos bajo el chorro de agua durante 15 o 20 segundos. A medida que los enjuagas, usa tus dedos para apartar cualquier suciedad pegada a la superficie del tomate. Repite hasta que termines de lavar cada tomate.

4.- Seca cada tomate con una toalla de papel o trapo limpio. Retira los tallos partiéndolos con tus dedos.

5.- Controla el recipiente con agua para ver su estado. Una vez que el agua está hirviendo, baja el fuego a medio para conservar el hervor.

6.- Tira todos los tomates que puedas en el agua de una vez sin que el agua se desborde. Déjalos entre 30 y 45 segundos.

7.- Retira la cacerola del fuego, y vierte los tomates y el agua caliente en el colador.

8.- Sumerge los tomates en el bol de agua helada para el proceso de cocción. Déjalos allí durante cinco minutos, hasta que los centros se enfríen.

9.- Retira todos los tomates del agua helada. Seca con las toallas de papel o con el trapo.

10.- Retira las pieles con tus dedos. El proceso de escaldado ayuda a que se retiren fácilmente.

11.- Corta los tomates en dados o en rodajas y coloca 2 tazas de tomates en una bolsa para congelado de 1 cuarta. Retira todo el aire que puedas de las bolsas, y séllalas bien. Repite hasta que termines de guardar todos los tomates escaldados.

12.- Apila las bolsas de tomates en tu congelador para usarlos más adelante.

Fuente: Diario de Caracas

CC

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Source: Informe21

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